- Adquisición de selectividad del virus por la célula tumoral. Se puede obtener mediante:
- Modificación de las proteínas de la cápside viral dotándole de una gran selectividad por las células tumorales, que no muestran por las células sanas.
- Modificación del genoma vírico para que su replicación sólo tenga lugar en el interior de la célula tumoral. Se modifica la transcripción en la célula diana, o bien mediante atenuación, que implica introducir delecciones en el genoma viral para que favorezca su entrada en las células tumorales y eliminar su capacidad para entrar en células sanas.
- Potenciación de la respuesta inmune antitumoral: los tumores presentan antígenos tumorales que son reconocidos por citoquinas, como el factor estimulante de colonias de granulocitos y macrófagos (GM-CSF). Algunos virus oncolíticos son modificados para expresar esta citoquina, que identifica el Ag tumoral y se fusiona con él, potenciando la respuesta inmune y estimulando a los linfocitos T citotóxicos para atacar a las células cancerosas del paciente.
- Supresión de la angiogénesis: se introducen en el vector viral genes que estimulan la síntesis de endostatina y angiostatina, proteínas naturales inhibidoras de angiogénesis, con la consecuente necrosis del tumor.
Este tipo de tecnología en desarrollo se ha utilizado en pacientes diagnosticados con cáncer en estadio avanzado, como por ejemplo: cáncer colorrectal, cáncer de páncreas, cáncer hepatobiliar, cáncer espinocelular de cabeza y cuello; y melanomas.