viernes, 11 de octubre de 2013

Avances en enfermedades coronarias

En la actualidad se ha empezado practicar, con relativo éxito, una técnica conocida como braquiterapia intravascular (BTIV), que consiste en introducir en las arterias fuentes radiactivas para eliminar adherencias.

Sin embargo, el uso de la radiación siempre tiene su beneficio y su contraparte, advirtió Guerda Massillon, investigadora del Instituto de Física (IF) de la UNAM. Y agrega que para aplicar semillas radiactivas en el tratamiento o la prevención de enfermedades coronarias se requiere conocer la dosis exacta.

“Pero esto es difícil debido a que las semillas tienen dimensiones pequeñas, del orden de 0.6 y 0.8 milímetros de diámetro y de entre 2.5 y 3 milímetros de largo”, detalla. Deben introducirse en las arterias del corazón, que miden entre dos y cinco milímetros de diámetro.

De modo que se requiere un dosímetro (detector de radiación ionizante) de alta resolución espacial y equivalente al tejido humano (principalmente al agua, pues el cuerpo humano está compuesto por más de 70 por ciento de ésta), que permita medir la distribución espacial de la dosis alrededor de las semillas dentro de la pequeña masa del corazón.

“Con un instrumento de esas características se puede evaluar qué tanta energía se deposita dentro y fuera de una arteria, porque al esparcirse en el interior podría dañar tejido sano”, señaló Massillon.


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