viernes, 10 de mayo de 2013

Varices esofágicas como complicaciones de la cirrosis hepática


¿Qué son las varices esofágicas?
Las varices esofágicas son dilataciones de las venas del esófago producidas por aumento de la presión en la vena porta, como consecuencia de  la cirrosis hepática. Al aumentar la presión dentro de las varices, se rompen produciendo hemorragias.
La hemorragia por varices esofágicas es la complicación severa más frecuente de la hipertensión portal, y la principal causa de muerte y transplante hepático en los pacientes cirróticos.






¿Cómo se diagnostican?
El diagnóstico de la presencia de varices se realiza mediante endoscopia. La confirmación de la existencia de hemorragias, se realiza mediante la detección de sangre en el contenido gástrico o en las heces, o por la presencia de sangre en el vómito (en forma de posos de café cuando son hemorragias antiguas, y sangre roja si son recientes).

¿Cómo evolucionan?
La mortalidad de cada episodio es de 30-50%, y el riesgo de recidiva de las hemorragias en un año es del 60%.

¿Cuál es su tratamiento?
La prevención de la aparición de hemorragias se basa en el uso de medicamentos de forma indefinida (fármacos beta-bloqueantes y otros) que producen vasoconstricción y disminución del flujo sanguíneo de la región de la vena porta.
Cuando están contraindicados o no se toleran, puede ser necesario realizar la ligadura con bandas de las varices o su tratamiento (obturándolas) mediante endoscopia.

La hemorragia aguda es una complicación que requiere una respuesta urgente y crítica que busca mantener la vía aérea, contener la hemorragia y reponer las pérdidas mediante transfusión e hidratación.

Las alternativas al tratamiento médico son el tratamiento obturador mediante endoscopia:

ESCLEROTERAPIA: inyección intravaricosa o paravaricosa de sustancias esclerosantes, que controla el 90% de los sangrados pero son frecuentes las complicaciones leves (dolor torácico, disfagia, úlceras o estenosis) o graves ( como la perforación esofágica).
LIGADURA CON BANDAS: su efectividad es similar a la anterior,  aunque técnicamente es complicada su realización durante el sangrado agudo por la dificultad de visión.
INYECCIÓN DE PEGAMENTO: mediante la aplicación de sustancias obturadoras de los puntos de hemorragia cuando fallan las técnicas anteriores.
En caso de fallos de las técnicas descritas, puede ser necesario recurrir al taponamiento mediante balón inflado, pinzado de los vasos sangrantes o cirugía esofágica. Son técnicas útiles cuando los fármacos y la endoscopia no controlan el sangrado, pero con  mayor frecuencia de complicaciones.



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